No hay nadie como Hugo Chávez para convertir algo serio en un show; en un espectáculo circense en el que él pueda moverse como pez en el agua. Y las últimas aguas que este tiburón de los medios se ha dispuesto a surcar en busca de notoriedad, han sido las profundas aguas del océano de la red; para pánico del navegante no amigo.
Sin embargo, y aunque desde el punto de vista de la imagen pública de un político la cercanía a la sociedad es una gran herramienta, creo que gran parte de esta cercanía se queda en un simple espejismo una vez que se hace público que quienes contestan a los mensajes de Twitter son sus 200 empleados; y no él. Pero claro, como demuestran sus más de 300000 amigos, tener a todo un presidente como amigo es motivo de orgullo... aunque se trate de Chávez.
Por cierto, el anuncio que emiten para promocionarse no tiene precio...
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